Inter Miami está vivo. Sin Liga de Campeones de la Concacaf, el equipo de Lionel Messi ganó y se acomodó en la primera posición de la Conferencia Este de la MLS. Fue 4 a 1 con con un doblete del rosarino sobre New England Revolution, el último de la tabla, que sorprendió de arranque.
Todavía el partido no había brindado las situaciones suficientes para evaluar las primeras ventajas y desventajas de una cancha de pasto sintético, que Tomás Chancalay se abusó de una mala salida del Inter Miami (y una peor del arquero Callender) y New England pasó al frente antes del primer minuto.
Chancalay aprovechó un gran pase del capitán español Carles Gil, sorprendió por derecha y se burló del achique del arquero pinchándole la pelota con muchísima jerarquía a los 37 segundos.
El equipo de Boston había llegado al partido diezmado: varios de los titulares se perdieron el partido por una intoxicación, pero los que salieron a la cancha golpearon de entrada en el punto débil del equipo del Tata Martino. La defensa es un flan: con el del ex Racing son 16 los goles en contra de los últimos 11 partidos.
A cancha llena, las más de 62 mil personas vieron como el equipo de Messi -lo fueron a ver a él, regularmente van menos de la mitad- no podía salir del fondo. Justamente en esa cancha de pasto sintético, el rosarino no tuvo compañeros que se la devolvieran redonda, cómo le pasa a los que juegan bien en las canchitas de fútbol cinco de la misma superficie.
Es que el Inter tampoco presentó a los de siempre. Luis Suárez no estuvo de entrada y al equipo le costó ser protagonista y jugar en el campo contrario. Pero cuando lo hizo, la Pulga fue su maestro de orquesta. Primero con un tiro desde afuera, luego con un sombrerito en el área y antes de que se acabe el primer tiempo, con el empate. Recibió en el área y sacó un zurdazo al palo del arquero.
Messi recién empezó a sonreír cuando su equipo se puso 3-1 arriba. Foto: JOSEPH PREZIOSO / AFP.En esos arranques, Messi ya se muestra en modo Copa América: cada día es uno menos para el 20 de junio, cundo vuelva a ponerse la camiseta de las tres estrellas que lo motiva más cualquier otra. Y está afilado. Metió el segundo, recibió de Sergio Busquets y esta vez se la puso al segundo palo al arquero. El doblete le cambió la cara. No por ser el goleador de la MLS con nueve tantos, sino porque por fin su equipo pasaba al frente.
Ya se lo había visto molesto con algunos compañeros que no están a su altura: al capitán le cuesta hacer una pared si no es con los apellidos que se conocen de otras ligas (y de otros tiempos).
El paraguayo Matías Rojas, recién llegado al club, ingresó para demostrar lo que puede dar: fue a pelear una pelota a la línea, ganó, desde el suelo sacó el centro para Messi que metió un remate a quemarropa que desvió el arquero, que no pudo reponerse para evitar la definición de Benjamín Cremaschi, que se había quedado con el rebote.
El 10 participó en todos los goles, porque en el tercero -el de Luis Suárez– le había puesto la pelota justa para cerrar el marcador. Inter Miami aprovecha a un Messi enchufado y goleador, para confirmarse como protagonista y principal atracción de la MLS.