Más de dos décadas pasaron desde que saltó a la Primera de San Lorenzo, en los albores del sigo XXI, con los pantaloncitos cortos que le bailaban en su diminuta cintura cuando se quebraba para gambetear rivales con asombrosa facilidad. Hoy, Leandro Atilio Romagnoli ya no corre en short y botines; se envuelve en un enorme camperón azul con el CASLA apoyado en corazón que le llega hasta las rodillas para no sufrir a este invierno en offside que se le adelantó un mes al otoño. Pero vuelve a estar en ese mismo lugar, pisando otra vez el césped del Nuevo Gasómetro, ahí donde lo ganó todo con el club de su vida. Ahora, como el director técnico.
«Muchos me decían ‘no sé si es el momento…’, pero yo sentía que sí. Me preparé para esto. ¿Cuándo me iban a dar San Lorenzo, cuando estuviera bien? Era el momento, independientemente de cómo estaba el equipo», dice el entrenador de 43 años que reemplazó a Ruben Darío Insua en el cuadro de Boedo y que busca darle su impronta ofensiva mientras juega el campeonato local y lucha por clasificarse para los octavos de final de la Copa Libertadores.
El cambio radical de estilo. Los tiempos tiranos del fútbol argentino. La reivindicación del gambeteador. Su obsesión como entrenador. Temas de la larga charla entre el último enganche «de antes» y Clarín.
-Sos uno de los máximo ídolos del club, ¿ponés en juego al Pipi del póster o creés que la idolatría es inquebrantable?
-Sé que voy a ser recordado por lo que me ha tocado vivir como jugador, mayormente cosas buenas. Obviamente que como entrenador uno pone sobre la mesa al jugador ídolo. El día de mañana, si no me va bien como técnico, puede haber una separación de lo que fui como futbolista y como DT. Obvio que me puse a pensar en esto, lo tengo muy en claro. Pero igualmente yo me la quería jugar. Me la estoy jugando y ojalá que las cosas puedan salir bien.
-La gente te recuerda como jugador, ¿tu objetivo ahora es que te recuerden como técnico?
-Uno quiere ser recordado siempre por un buen paso. Ojalá. Es el club que me vio nacer, en el que he vivido muchas cosas, del cual soy hincha. Pero sabemos cómo es el fútbol argentino. Es dinámico. Es el día a día. Pocos técnicos se sostienen mucho tiempo como lo hizo Ruben o Gallardo en River. Si ganás sos bueno y si no, no sos tan bueno. ¿Está bien o está mal? Es la sociedad en la que vivimos. Si no lo entendés así no podés dirigir en el fútbol argentino. Si empezás a pensar en que es una injusticia arrancás mal. Tenés que saber cómo es el juego y trabajar.
-¿No se puede trabajar pensando a largo plazo en este fútbol?
-Cuando llega un entrenador el proyecto está. Se confía en ese entrenador. El proyecto se corta cuando no se puede sostener desde los resultados. Las dirigencias no pueden sostener a un DT que lleva mucho tiempo sin ganar. La gente quiere ganar, que el equipo juegue bien y que pelee y gane campeonatos. En el fútbol argentino los resultados son primordiales. En Europa por ahí sí se sostienen un poco más los entrenadores y no se fijan tanto si hace diez partidos que no gana. Después terminan definiendo a fin de temporada. Acá es resultados.
-¿Es verdad que le dijiste al presidente Moretti que si en cinco meses no conseguís resultados te vas?
-Estábamos hablando del presente del equipo y terminamos hablando de eso, de que si pasan cinco meses y un entrenador no puede ganar un partido… Es un tiempo largo y ya habría que replantearse la situación. El técnico mismo se da cuenta.
-¿Con Insua hablaste?
-Después de que se fue no hablamos. Sí cuando estaba acá porque nos cambiábamos enfrente. Hablábamos de la Reserva, de los chicos, de la Primera. Luego no tuve la oportunidad de volver a hablar con él.
-Pasaste todas en San Lorenzo, ¿cómo ves al club hoy?
-Lo veo mejor. He vivido de todo. Ganar la Libertadores y antes jugar una Promoción por no descender. De estar mal económicamente a estar muy bien. Tiene altibajos. Hoy lo veo bien. Unos años atrás no estuvo bien económicamente y por eso las inhibiciones y todo lo que va saliendo. La llegada de Ruben hizo que lo deportivo acompañara la levantada del club. La gente quiere un equipo competitivo. Veo a San Lorenzo creciendo.
-¿Fuiste el último ’10’ clásico del fútbol argentino?
-No sé. Si no fui el último habré sido uno de los últimos. Vino Andrés D’Alessandro a River un año y se volvió a ir. Riquelme se retiró ante que yo, Aimar y el Rolfi, también. Me acuerdo de los enganches clásicos de nuestra época. Abundaban. Hoy el enganche sigue estando pero lo tiran mucho al costado. Con el 4-2-3-1 volvió atrás del ‘9’. Nosotros lo tenemos a Cristian Ferreira que es un enganche de ese estilo.
-Son esos jugadores que levantan a la gente.
-La gente se levanta, no sé si con el enganche en sí, sino con el gambeteador. Al hincha argentino le está faltando el gambeteador de otras épocas. El tipo al que le tiraban la pelota e iba para adelante y se sacaba de encima tres o cuatro, se metía en el área, remataba. Eso se perdió. Hoy hay un juego más asociado, más de tenencia y se ve poco la gambeta. Hoy vemos al Perrito Barrios, Ferreira, el Diablito Echeverri en River. Todos están hablando del Diablito porque recibe perfilado y lo primero que hace es sacarse un tipo de encima. Eso no se ve mucho. Cuando la gente ve un revulsivo así quiere que juegue.
-¿Y por qué se perdió la gambeta, se trabaja de manera diferente en Inferiores?
-Creo que Aimar dijo que hoy se entrena mucho a uno o dos toques. El fútbol reducido. Eso quita la idea de gambetear. A veces hay que darle un poquito más de libertad al jugador gambeteador. Hacer más duelos uno contra uno o dos contra uno. Sale natural, pero también se puede incentivar. Yo les digo que no lo pierdan. Si tienen gambeta que la sigan alimentando.
-¿Qué te obsesiona como técnico?
-Ver a mi equipo jugar como quiero. Eso es lo que más me gusta. Que lo que entrenás en la semana se refleje en el partido. Es difícil porque el rival juega.
-¿Qué herramientas utilizás para tratar de lograrlo?
-Somos de hablar con el jugador. Si veo a alguno que no anda bien soy de acercarme, de preguntarle si le pasa algo, cómo está. También lo hace Gonzalo (Prósperi) y Germán (Voboril). Somos un cuerpo técnico más cercano al jugador. Puede ser por generación y porque todos somos exfutbolistas. Lo abordamos desde ese lado. Exigimos que se entrenen bien, que se cuiden y se alimenten. Hoy se juega como se entrena. Si no entrenás bien lo más probable es que no juegues bien. Tenemos charlas grupales. Creemos que el jugador se tiene que ver para corregir errores. Apelamos al videoanálisis.
-¿Le gusta verse al jugador?
-El jugador es receptivo a eso. Tiene que ver con cómo uno lo aborda. Si vos lo apuntás al jugador es más difícil. Si le marcás que no es para culpar a nadie sino para corregir cosas es mejor.
-Todas estas herramientas tecnológicas no estaban cuando vos jugabas, ¿creés que la tecnología cambió el juego?
-No sé si cambió el juego en sí. Le da al entrenador más visión con respecto al rival. Vos hoy podés tener una persona arriba que te esté marcando cómo está parado el rival y por dónde te está atacando, los cambios que hace de sistema. Cuando uno está al ras del campo son cuestiones más difíciles de ver. Cuando venía a ver a San Lorenzo como hincha cuando estaba Ruben veía desde arriba con otra perspectiva. Se ve todo.
-¿Te gusta el fútbol argentino?
-Sí, a mí me gusta. No sé si es el mejor, pero uno mira fútbol argentino. ¿Se podría jugar mejor? Y, sí. Nuestro fútbol es muy físico. Vienen jugadores desde otras ligas y les cuesta. Te dan la pelota, si sos delantero tenés que encarar y te pegan, te levantás, te dan de nuevo la pelota y si no estás bien físicamente… Por eso digo que se juega como se entrena. El gimnasio, la alimentación y el cuidado son claves. Cuando das ventaja en lo corporal…
-¿Sos de estarle encima al jugador con el tema del peso?
-Acá tenemos gente que trabaja para que estén de la mejor manera en ese aspecto. Igual, después está en uno. El jugador de hoy se cuida mucho más de lo que nos cuidábamos nosotros. En mi época al gimnasio no iba nadie. Hoy van antes y después de entrenar.
Romagnoli azulgrana: del cambio de estilo a la chances en la Copa y la continuidad de Bareiro
-¿Qué San Lorenzo querés?
-Me gusta un equipo protagonista, que tenga volumen de juego. Intentando siempre desde atrás, pero no a cualquier precio. Un equipo corto, compacto. Que tenga tenencia y que genere situaciones de gol. Es difícil conseguir un equipo así. Pero queremos proponer siempre, ir a buscar los partidos. La idea siempre es mirar el arco rival.
Sentado en el banco de suplentes, esa silla eléctrica que parece disfrutar más allá de la presión implícita, Pipi Romagnoli describe su búsqueda en el Ciclón. Y, a las claras, queda expuesta la marcada diferencia con la propuesta del Gallego Insua, quien apoyado en el 5-2-3 forjó un San Lorenzo competitivo de virtudes defensivas, entrega y efectividad en el arco de enfrente.
Más allá de tener que jugarse la clasificación a octavos de final de la Copa Libertadores, Romagnoli decidió empezar desde el primer día de su ciclo con el cambio de chip abrupto, aunque cueste.
-En seis partidos que llevás como DT se cometieron tres errores en salida que costaron goles…
-Son errores más técnicos. Cuando el rival presiona hay que tratar de saltar la línea y no generar un pase de riesgo para crearle una situación al rival. Pero lo intentamos en la semana para que los defensores tengan línea de pase, que encuentren al jugador libre, tener movilidad, hablarse mucho, marcar el “te van” o el “solo”. Cuando digo a cualquier precio no, es eso. Si estás muy presionado saltemos las líneas y juguemos más directo.
-Hay un cambio de estilo importante entre Insua y vos, ¿qué es lo que al plantel más le cuesta asimilar en este cambio de chip abrupto?
-Es un cambio grande. Ni mejor ni peor, diferente. Cambiamos de jugar más directo a jugar más desde atrás. Eso no se logra de un día para el otro ni de un mes para el otro. Estamos en un proceso de cambio de estilo. Varias veces eso te lleva a cometer estos errores. Pero lo vamos a seguir intentando, eh. Vamos a insistir con eso. Cuesta porque no estaban acostumbrados y hay que acostumbrar al jugador. Es a prueba y error. Ya el equipo en Santiago del Estero mostró cambios y llevábamos días de entrenamientos. En Uruguay llegó poco y le faltó la terminación. Con Independiente del Valle acá ya se vio otro San Lorenzo, con la idea más clara.
-Con un punto ante Palmeiras en Brasil están en octavos, ¿qué significaría no clasificar?
-Seguir en competencia internacional está buenísimo y caeríamos en la Sudamericana. Pero sería un golpe duro porque apuntamos a pasar de fase, más con el esfuerzo que hicimos los últimos dos partidos de locales. No vamos a ir a buscar el punto porque si hacemos eso nos podemos traer nada. No sé si sería un golpe de nocaut, pero sí una sensación rara. Vamos con la ilusión de pasar.
-Muchos consideran que San Lorenzo no es candidato en la Copa, ¿si clasifican se abre otro panorama?
-Y en el mata-mata cambia. Son dos partidos. Cuando entrás en el mano a mano cuenta un poco si tenés mejor equipo y ya juegan otras cosas. Si ganás de local, después te tienen que ganar de visitante. A nosotros en 2014 nos costó en la fase de grupo y terminamos siendo campeones. A River en 2015 le pasó lo mismo.
-Remedi y Cuello no jugaban con Insua y ahora con vos son titulares, ¿cuando asumiste los viste que estaban para jugar?
-Sabía que no jugaban por gusto de Ruben, pero cuando llega otro DT e renuevan las expectativas de todos. Arrancan de cero. Los vi entrenar. Al principio no jugaron de titular. Los vi bien y después los puse. Tuvieron la posibilidad y la supieron aprovechar. Todo el equipo lo está haciendo bien, pero hay que seguir.
-¿Te preocupa el caso de los futbolistas como Braida, Barrios y Luján que si no renuevan la dirigencia podría apartarlos?
-Son situaciones difíciles. Eso lo va a resolver el club. Me involucro, pero llega un punto que son cosas contractuales y depende del acuerdo al que puedan llegar el jugador con el club. Si el club debe tomar alguna determinación llegado el caso uno ya mucho no puede hacer. Hasta un punto llego. He hablado con esos jugadores y ojalá que se puedan quedar porque son importantes.
-¿Vas a pedir retener a Bareiro?
-Sabemos que el club necesita vender y sabemos lo que significa Bareiro para nosotros. Si viene una oferta y paga la cláusula por Bareiro, aunque yo le diga “Adam, quedate” la decisión será de él. Yo ya lo hablé con él y sabe la importante que tiene para nosotros. Es el capitán y el goleador. Si es por mí que se quede.