miércoles, 27 noviembre, 2024
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Alcaraz es otra vez el rey de Wimbledon y, con 21 años, acumula estadísticas de una leyenda: «Aún no me veo como un gran campeón»

Intratable. Carlos Alcaraz fue un huracán de potencia, velocidad y precisión en la final de Wimbledon y le dio una lección de tenis y mentalidad ganadora a Novak Djokovic. Sí, el serbio, el jugador más exitoso de todos los tiempos, acostumbrado a tumbar rivales y a (casi) siempre salirse con la suya dentro de una cancha, se rindió a los pies de un español que jugó el partido de su vida en Cancha Central del All England. Carlitos se impuso en sets corridos para revalidar el título que había conquistado el año pasado también ante Nole, levantar su cuarto trofeo de Grand Slam y hacer historia. Y para confirmar que la era de la Next Gen, que lidera junto a Jannik Sinner, ya es una realidad.

Concentrado y lleno de confianza, el murciano hizo todo bien en los primeros dos sets, en los que fue tan superior que ese pequeño tropiezo al final del tercero, cuando se vio superado por los nervios y dejó pasar tres match points (acusando quizás los apenas 21 años que lleva en la espalda), pasó prácticamente desapercibido. Se reamó muy rápido, se sacó la presión de encima y en su cuarta chance no perdonó. Firmó un 6-2, 6-2 y 7-6 (7-4) inobjetable y se coronó campeón del Abierto Británico por segunda vez. Y como hace poco más de un mes había conquistado además Roland Garros, se convirtió en apenas el sexto hombre -y el más joven- en firmar el doblete en los dos Majors europeos en una misma temporada.

¿Quiénes lo habían conseguido antes? Las leyendas del Big 3, Roger Federer en 2009, Rafael Nadal en 2008 y 2010 y el propio Djokovic en 2021; el sueco Björn Borg, en 1978, 1979 y 1980; y el australiano Rod Laver, en 1962 (como amateur) y 1969, años en los que conquistó los cuatro Grand Slams.

«Cosas como esta se logran luchando siempre y creyendo en uno mismo», comentó Alcaraz. «Estar en el misma lista que Novak y esos otros enormes campeones es increíble. Es un honor enorme. Yo no me veo como un gran campeón aún, no al nivel de ellos, al menos. Ellos ganaron 14, 15, 20 Grand Slams. Esos tipos están comiendo en la mesa grande. Quiero estar allí algún día, ese es mi principal objetivo, mi sueño. Cuatro Grand Slams y dos Wimbledon son un gran logro. No voy a decir que no. Pero eso no importa si me quedo ahí. Quiero seguir avanzando, mejorando y haciendo mi camino».

El murciano se transformó además en el primer jugador en ganar Wimbledon en años consecutivos desde el “tetra” de Pete Sampras entre 1997 y 2000, sin contar a Roger y a Nole. Ni Nadal, campeón en Londres en 2008 y 2010, lo consiguió. Y también en el segundo tenista en la Era Abierta en salir victorioso en sus primeras cuatro finales de Grand Slam después de la leyenda suiza.

Lo que pasó dentro de la cancha fue inesperado. Por el recuerdo aún fresco de aquella final de hace doce meses, en la que Alcaraz había resultado vencedor, pero tras remontar un 1-6 en el primer set y sellar el triunfo en el quinto. Y porque, aunque había desembarcado en Londres apenas cinco semanas después de someterse a una operación en la rodilla derecha, Djokovic era candidato. Es que si algo sabe Nole es sacar su mejor versión cuando las circunstancias lo requieren. Y con la chance de ganar su 25° «grande» y el octavo trofeo en este torneo (para igualar el récord de Federer), todos esperaban que el serbio diera batalla, al menos…

Sin embargo, no pudo Djokovic. En realidad, no lo dejó Alcaraz, que le propinó apenas la quinta derrota en tres sets en una final de Grand Slam. Hasta este domingo, solo cuatro de sus doce caídas en partidos decisivos en esa categoría habían sido en sets corridos, en el US Open 2007 ante Federer, Wimbledon 2013 ante Andy Murray, Roland Garros 2020 frente a Nadal (ganó apenas siete games, su peor récord), y en Nueva York en 2021 con Daniil Medvedev.

«Hoy me sentí inferior en la cancha. Carlos fue un mejor jugador», afirmó Djokovic. Foto AP/Alberto Pezzali

El único momento de esperanza de Djokovic fue en el cierre del tercer set, cuando el español sacó para el partido, pero sintió la presión y pasó de un 40-0 y tres match points a favor a regalarle un quiebre al balcánico, que igualó 5-5 y se dio una vida más. Pero Alcaraz demostró una templanza enorme y logró cerrar el encuentro poco después.

Tras la derrota, el serbio reconoció que simplemente Carlitos había sido demasiado bueno para él.

«Definitivamente estuvo encendido hoy. Fue una victoria absolutamente merecida. Hoy me sentí inferior en la cancha. Carlos fue un mejor jugador. Jugó cada tiro mejor que yo. En un nivel increíble. No creo que hubiera podido hacer mucho más. No me regaló nada. Tuvo mucha variedad. Nunca lo había visto sacar de esa manera. Lo tuvo todo. Realmente me superó… fue mejor en todos los aspectos del juego», afirmó.

Curiosamente, tras la victoria, el español afirmó en una entrevista con Álex Corretja para Movistar+ que no había sido «de sus mejores actuaciones». «Estoy orgulloso por cómo lo gestioné, sobre todo mentalmente, porque tenía muchos nervios, pero pude jugar muy calmado, pensando con claridad. Fue un partido completo, con un muy buen nivel de tenis, pero he jugado mejores», aseguró.

La consagración de Alcaraz fue mucho más que la ratificación de que el murciano está destinado a hacer grandes cosas en el tenis. Fue también la confirmación de que la nueva generación de la que se viene hablando desde hace varias temporadas ya tomó el mando del circuito.

Con Sinner, número uno del mundo, campeón en Australia y Alcaraz, en Roland Garros y Wimbledon, es la primera vez desde 2002 que los tres primeros «grandes» de la temporada pasaron sin festejos de alguno de los integrantes del Big 3. Ese año, el sueco Thomas Johansson ganó en Melbourne, Albert Costa en París y Lleyton Hewitt en Londres, donde en 2003 se inauguró la «era Federer».

Aunque no solo los números hablan de que llegó el momento de un nuevo reinado. Las palabras de Djokovic también lo reflejaron: «Haber jugado en la final con uno de los dos mejores del mundo -porque Carlos es uno de los mejores hoy junto a Sinner- me hizo sentir que no estoy a ese nivel. Para realmente tener chance de vencer a estos chicos en las últimas etapas de un Grand Slam o en los Juegos Olímpicos, tendré que jugar mucho mejor y sentirme mucho mejor que hoy».

«Creo que es bueno para el tenis tener caras nuevas ganando grandes cosas y luchando por grandes torneos. Y estoy muy contento de estar ahí con Jannik, en lo más alto del ranking y ganando Grand Slams», afirmó Alcaraz, que igual mantuvo la humildad y los pies en la tierra, como le enseñó su familia y su entrenador, Juan Carlos Ferrero.

Lo demostró cuando le consultaron sobre si todavía cree que Nole, como afirmó antes del torneo, era Superman. «Lo que ha hecho con una cirugía apenas unas semanas antes de que comenzara el torneo es asombroso. Es increíble. Le gané hoy. Pero para mí, Novak sigue siendo Superman”, soltó.

«Obviamente vi todas las estadísticas. Que soy el más joven en ganar Roland Garros y Wimbledon en el mismo año… en ganar lo que sea. Intento no pensar demasiado en ello. Es un gran comienzo de mi carrera, pero es solo el comienzo. Estoy contento con el trabajo que estamos haciendo con mi equipo y muy orgulloso. Ha sido un viaje increíble hasta ahora. Pero no sé cuál es mi límite. No quiero pensar en eso. A ver si al final de mi carrera serán 25, 30, 15, 4 Grand Slams… No lo sé. Lo único que quiero es seguir disfrutando, soñando y ver qué me depara el futuro «, reflexionó Carlitos, el rey indiscutido de Wimbledon, que hizo historia una vez más en el césped del All England.

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