En el marco de una sesión compleja para el oficialismo, el Senado aprobó el proyecto que establece la Boleta Única en Papel en reemplazo de la clásica boleta partidaria y pasó para su revisión final a la Cámara de Diputados, donde los tiempos apremian al gobierno de Javier Milei para poder poner en marcha el nuevo sistema en las elecciones legislativas de 2025.
La iniciativa se aprobó en general con 39 votos a favor por parte de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR y bloques provinciales, y 30 en contra, todos de Unión por la Patria. Como ya tenía media sanción de Diputados y el Senado le hizo cambios, ahora deberá volver para su sanción definitiva.
El sistema de una boleta donde figuran todos los frentes políticos con sus candidatos para cada cargo y los ciudadanos marcan con un tilde la opción que quiren votar ya se aplica en provincias como Córoba, Santa Fe y Mendoza, para las elecciones a gobernador y autoridades locales. El proyecto apunta a usarlo también para la fórmula presidencial y los diputados y senadores nacionales.
La Cámara de Diputados lo aprobó en 2022, a instancias del PRO, la UCR y La Libertad Avanza (que por entones tenía al hoy presidente Javier Milei sentado en la banca) contra la resistencia del kirchnerismo gobernante. Sin embargo, el debate se estancó hasta enero de 2023, cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel lo reflotó en el Senado.
Tras un primer intento fallido por aprobarlo, Milei tomó el tema como parte de la reforma electoral que quiere llevar adelante. En las últimas semanas, el Gobierno aceleró las negociaciones para conseguir los 37 votos que necesitaba.
Boleta Única: ¿por dónde pasa el acuerdo para aprobar el proyecto en el Senado?
Los proyectos que modifican las reglas electorales necesitan sí o sí de mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno del pleno. Además deben aprobarse durante un año sin elecciones. En este sentido, el oficialismo y la oposición dialoguista cumplieron con la primera parte de su objetivo.
En la Boleta Única aparecerían los partidos en filas y las categorías en columnas
El consenso que tuvo el proyecto se logró a partir de una serie de cambios sobre la redacción que aprobó Diputados, de los cuales el más importante es la eliminación del casillero que permitiría votar la lista completa de candidatos de un mismo partido en el diseño de la boleta.
La modificación fue clave para acercar los votos de la rionegrina Mónica Silva, de Juntos Somos Río Negro, y los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, del Frente Renovador de la Concordia de Misiones. Ambos son espacios independientes de los partidos nacionales y gobiernan sus respectivas provincias.
Sin el «botón» de lista completa, el elector está obligado a votar por categoría (presidente y vice, diputados, senadores, etc.), lo que dificulta el «arrastre» de los partidos nacionales. Es por esta razón que los impulsores fueron los senadores de los partidos provinciales: buscan proteger su poderío local frente al PJ, La Liberrtad Avanza, la UCR y el PRO.
«Los partidos provinciales nos veiamos perjudicados con la existencia de un recuadro en blanco para colocar un tilde de boleta completa, por eso en la propuesta que presenté ese tilde no existe», explicó la senadora Silva durante el debate.
¿Qué cambia con el nuevo sistema para votar en las próximas elecciones?
Otro de los cambios es que el modelo de Boleta Única que aprobó el Senado es el mismo que se usa en Mendoza y no el de Córdoba, que fue el que se adoptaba en el proyecto original de Diputados.
Ambas son muy parecidas. La diferencia radica en que la boleta que se usa en Mendoza los partidos políticos que compiten se accomodan en filas horizontales en la papeleta, con las categorias o cargos en columnas, mientras que en el modelo cordobés esto es a la inversa.
«Al tener la oferta electoral en forma horizontal se facilita el espacio para tener más candidatos» sin confundir al votante, explicó al respecto el senador Edgardo Kueider, que fue el miembro informante del proyecto durante la sesión.
Pero el argumento central a favor de la Boleta Única es el de «terminar con maniobras anacrónicas» como el robo de boletas. Este es el punto que destacaron varis senadores como Edith Terenzi (Cambio Federal- Chubut) y Maximiliano Abad (UCR – Buenos Aires).
«Con la Boleta Única se eliminan prácticas fraudulentas como la adulteración, el robo de boletas y el voto en cadena. Es más equitativa, porque las fuerzas políticas compiten más lealmente, y la cuestión económica a la hora de imprimir las boletas deja de ser gravitante», resumió Abad durante el debate.
En efecto, el factor económico es otro punto central para el Gobierno, dado que hoy el Estado Nacional asigna recursos mínimos a los frentes electorales para garantizar la impresión de sus boletas. Habría, así, un ahorro para las arcas públicas que interesa a Milei.
Con esto también se terminaría la práctica de partidos chicos y casi desconocidos (llamados «sellos de goma») que reciben el dinero pero imprimen muchas menos boletas y se queden con el sobrante.
El apuro del Gobierno por la Boleta Única: ¿se podrá usar en las próximas elecciones?
Por otra parte, el proyecto consensuado en el Senado incorpora otros cambios referidos al calendario electoral: las primarias (PASO) se deberán realizar el primer domingo de agosto y no el segundo, como ocurre hoy.
Esto correría otros plazos del cronograma, como el que tienen las agrupaciones políticas para solicitar a la Justicia la asignación de los colores que usarán en la boleta o el que corre para la inscripción de las precandidaturas para las PASO que, finalmente, no se eliminarían como quería Milei.
Toda la logística para poner en práctica el cambio en el sistema queda en manos de la Justicia Electoral y el Poder Ejecutivo. El deseo del Gobierno es que la nueva boleta debute en las elecciones legislativas del año próximo y esto mete presión al debate que debería tener ahora la Cámara de Diputados.
Lo que ocurre es que el Gobierno tendrá que llamar a licitación para la impresión de boletas, un proceso que lleva 90 días. En el Ejecutivo advierten que debido a eso, para llegar a los comicios de 2025la ley debería aprobarse de forma urgente, este mes como máximo.
El problema que surge ahora es que la Cámara de Diputados está muy fragmentada y, para colmo, la agenda se verá dominada a partir de la semana próxima por el Presupuesto 2025 que Milei irá a presentar el próximo domingo.
El debate detrás de la Boleta Única: ¿quién se beneficia con el cambio de sistema?
El oficialismo puso el tema de la «transparencia» como uno de los ejes centrales. El jefe de la bancada libertaria, Ezequiel Atauche, aseguró que se trata de «un sistema más simple, que da mayor transparencia electoral» y que, sobre todo, ayudaría a los espacios políticos nuevos, como La Libertad Avanza.
Atauche sostuvo que la boleta partidaria actual es un «sistema arcaico» que complica a los «partidos nuevos o chicos» por la necesidad de tener muchos fiscales para cuidar las boletas y contar los votos, además de evitar el robo de las papeletas o su adulteración para anular el voto. Puso como ejemplo el esfuerzo de fiscalización que tuvo Milei en la campaña de 2023.
En cambio, en Unión por la Patria hicieron una lectura muy distinta y apuntaron a un supuesto plan político del Gobierno detrás de la Boleta Única de Papel: el «debilitamiento de los partidos políticos».
Así lo expresó la senadora Florencia López, que cerró el debate en representación del bloque kirchnerista. Según la senadora, el oficialismo pretende que «el Congreso nacional vaya decayendo, con un grupo de personas que no respondan a ningún partido para de esa manera poder avanzar en la agenda del ajuste».
La reforma electoral de Milei quedó reducida a la Boleta Única
La idea original de Milei era que la reforma electoral tuviera como plato fuerte la eliminación de las PASO. Sin embargo, esa idea no encontró apoyo ni siquera entre sus aliados en el PRO, que plantearon como alternativa hacerlas optativas.
Al no haber podidio construir mayorías en Diputados incluso para ese cambio, debido al ruido político entre el Gobierno y el PRO de las semanas previas y al enfrentamiento creciente con otros bloques de la oposición dialoguista -incluida la UCR- el Gobierno optó por la Boleta Única como nueva bandera.
El desafío pasa ahora, entonces, por darle sanción definitiva a este proyecto en Diputados, aunque allí también podrían insistir con la versión original. Esa alternativa no está descartada, según supo iProfesional de fuentes parlamentarias.
De darse esta situación, se quebraría el acuerdo que alcanzó el oficialismo con los bloques provinciales del Senado que tienen también terminales en la Cámara baja. La diferencia es que allí no son tan determinantes como en el Senado.
La aprobación de la Boleta Única en Papel en el Senado es un paso adelante para el espíritu reformista del gobierno de Javier Milei y además un triunfo político parcial en momentos en que la oposición se disponía a rechazar el DNU sobre la SIDE y aprobar la ley de financiamiento universitario pese al rechazo presidencial. Sin embargo, la posibilidad de poner en marcha el nuevo sistema en las elecciones de 2025 todavía está en duda.