Lobo con piel de cordero: reclusión perpetua para el empresario que asesinó a sus padres

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Martín del Río (49), el empresario acusado asesinar a tiros a sus padres en una casa de Vicente López, el 24 de agosto de 2022, fue condenado a reclusión perpetua luego que el jurado popular lo declarara culpable.  En su alegato, la fiscalía calificó al parricida como un “lobo con piel de cordero”.  

Del Río comenzó a ser juzgado el lunes 9 de diciembre pasado  por el delito de “doble homicidio calificado por alevosía y el vínculo”. El acusado estuvo presente en la última audiencia con la misma ropa que usó en otras audiencias: chomba roja con rayas azules y pantalón de gabardina marrón.

Este viernes fue el turno de los alegatos de las partes. En primer turno expusieron los fiscales Gastón Larramendi, Marcela Semería y Alejandro Musso. La fiscala aseguró que la investigación “logró probar que el día 24 de agosto de 2022, entre las 17.30 y las 18.30 horas Martín del Río, actuando sobre seguro conforme había sido su plan”, asesinó a sus padres José Enrique del Río (75) y María Mercedes Alonso (72). 

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Semería detalló que el acusado “colocó en estado de indefensión a sus padres y con el uso de un arma de fuego de la familia le efectuó tres disparos por la espalda a Enrique, su papá y un disparo en el ojo a quien lo estaba observando en la cara, que era su mamá”. 

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Para ella, el empresario mató a sus padres para “no revelar las mentiras en torno al desmanejo del patrimonio familiar”. En su alocución la funcionaria judicial también le habló a los doce integrantes del jurado popular: “Señoras y señores del jurado, Mercedes y Enrique no lo pudieron contar. Mercedes y Enrique fueron víctimas de un crimen”, les dijo. 

Acto seguido expuso el fiscal Alejandro Musso. Lo hizo durante 57 minutos en los que reprodujo varios audios del acusado y la empleada doméstica que encontró los cuerpos de las víctimas. También analizó los últimos movimientos desde que salió de su casa en Nordelta y destacó las contradicciones de Del Río en todas sus declaraciones.    

“¿De qué te vas a disfrazar ahora, Martín?”, lo desafió el fiscal a Martín Del Río, antes de iniciar su alegato.  “Sea honesto por una vez en su vida y en algún momento, antes de que se vaya de este plano, sus hijos, porque son sus hijos, lo van a perdonar. Yo estoy seguro de eso, yo lo haría con mi padre”, le sugirió. 

“Es un lobo en piel de cordero”, dijo sobre Del Río. “No tenía antecedentes penales, siempre estuvo suelto. Nos engañó a toda la sociedad. Por eso le fue tan bien económicamente y en sus negocios. Pero fíjense cómo va dejando destellos”, explicó. 

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Musso recordó cómo fueron las primeras charlas que mantuvo con el acusado desde el minuto cero, en la escena del crimen. “Cuando llegué, Martín del Río se me prendió como un vampiro al cuello”, describió. “Lo tuve todo el día, hasta las 4 de la mañana, comiéndome la cabeza, contándome, y ahí hago mea culpa. Yo debería haberlo corrido, pero yo lo quería escuchar. Era la víctima. Era el hijo de los muertos. 19 años como fiscal, tengo 30 en el Poder Judicial. Me siento, ya saben qué”, amplió. 

“’¡Falta el control remoto, doctor!’ ‘¡Las llaves del garage faltan!’ ‘¡Joyas, dinero, diamantes, lingotitos de oro!’, me decía. Las llaves de la caja fuerte se guardaron en un misal, que ahora cuando me pongo a pensar, arrancó con un librito y terminó con una billetera”, señaló. 

El fiscal también resaltó cómo Del Río intentó incriminar a otras personas para beneficio personal. “’Los hijos de Nina (por la empleada doméstica) tienen antecedentes, doctor’. ‘Son delincuentes’. ‘Los hijos de Nina tienen autos en un taller, pueden haber venido en los autos’. Buscamos los autos por todos lados, desesperados. Los buscamos por las cámaras. No encontramos nada. Cuando vio que se corría un poco la versión me dice ‘mi hermano, no me gusta mi hermano, mi hermano tiene socios colombianos’. El hermano va a Colombia porque trabaja para un shopping center, más lejano imposible de los socios narcotraficantes colombianos”, explicó. 

“’Posible ajuste de cuentas, doctor’ -agregó el fiscal en su exposición-. Quédese tranquilo, es eso. Mi padre andaba en cosas complicadas. No se verifica, entonces seguimos. Bueno, ¿a quién le tocó después? Al señor Malek Farag, vendedor de la Ferrari. Todo así como escucharon. Todo a medias tintas. Todo teñido de mugre a la gente, pero no contando los detalles del por qué. Siempre era tirar títulos, títulos, títulos. Las consecuencias de su accionar y de sus mentiras. Ustedes las vieron. Estas son las consecuencias de sus mentiras”. 

Acerca de las contradicciones señaló que estuvo cinco veces con Martín del Río. “Cada palabra que dijo ayer -por el jueves- fue diferente en cada uno de sus dichos ante la fiscalía, con el juez presente. Y les voy a contar algunas que son increíbles. Ustedes lo escucharon por primera vez. Pero lo que hace es acomodar la versión como vampiro, acuérdense, como me hizo a mí ese día. ¿Qué hizo? Declaró último. Escucha y acomoda, escucha y acomoda”, insistió.  

Para el fiscal, el acusado “piensa que lo bueno para él es bueno” y que “el otro no existe”. “Es un narcisista que hace daño. ¿Por qué? Porque acomoda toda su realidad a él mismo y le importa nada lo que le pasa al resto. Los desatiende. Acá lo tenemos, un psicópata antisocial, Martín del Río. Falta de empatía al otro no existe. El hermano no existe. La ex mujer no existe. Los hijos no existen. Los únicos que sí existen son los padres que no existen, por qué se los llevó. A él no le importan las normas sociales, no le importan las normas del derecho. Él pone sus normas y sólo cumple sus normas y las va empujando según su necesidad. Ausencia de culpa”.

Finalmente Musso cerró el alegato citando una frase de Abraham Lincoln, presidente de los Estados Unidos: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Y hoy ustedes van a demostrar que esta frase cobra relevancia y es verdad”, aseguró antes de pedir que sea declarado culpable.

Más tarde, y terminado el alegato de sus defensores, Mónica Chivirin y Gastón Salamone, el empresario pronunció sus últimas palabras. Y esto dijo: “Buenos días para todos. Ya les hablé un poco ayer (por el jueves). Ahora quiero decirles que es imposible haber cometido este hecho sin estar en el lugar, sin que el arma homicida haya pasado ni siquiera cerca mío. Soy completamente inocente, amo a mis padres, amo a mis hijos, y los extraño muchísimo. Todos los días rezo por ellos. Quiero que la fiscalía pruebe quiénes son los culpables del asesinato de mis padres. Nada más. Muchas gracias por todo y espero que esto se resuelva y poder saber quién asesinó a mis padres. Nada más”.   

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