Se trata de un músico multiinstrumentista nacido en Buenos Aires y criado en Misiones. Tiene 32 años y 5 discos de estudio.
-
Furor de entradas agotadas: Hernán Cattaneo sold out en menos de 12 horas
-
Un cumpleaños y 15 personas: a 42 años del primer recital de Soda Stereo
Ilan Amores es un músico que toca varios instrumentos y comenzó haciendo punk junto a sus bandas Archie y luego en Harm & Ease, con las que recorrió distintas partes del mundo. Después, incursionó como solista explorando otros géneros bajo el nombre de Chico Chico, que tomó prestado de un bar de Ituzaingó. En su experiencia, cuenta que tuvo que derribar los prejuicios que tenía para pasar a tocar cumbia.
En el año 2021, cuando le preguntaron a quién admiraba, él respondió Andrés Calamaro y Manu Chao como los primeros que se le vinieron a la cabeza, y un poco más de 2 años después, tuvo la suerte de poder tocar con cada uno de ellos. El 2 de noviembre abrió el Show de Calamaro en Posadas y el 8 de ese mismo mes fue parte de un evento junto a Manu Chao.
Ilan Amores
¿Cómo la transición de punk a cumbia marcó el camino artístico de Ilan Amores?
El joven compositor ya tenía una versatilidad en su repertorio, por lo que no fueron sorpresivos sus giros, pero admitió que con respecto a la cumbia tenía ciertos prejuicios que pudo derribar al conocer a los artistas y de lo que eran capaces. En su nueva búsqueda conviven sonidos de distintos estilos de cumbia, a menudo acompañados por bases electrónicas con tintes de psicodelia y raíces de la música popular latinoamericana.
Cuando le preguntaron cómo fue su transición del punk a la cumbia confesó que los estilos eran más «vecinos» de lo que se cree. Pero de todas maneras se llevó una sorpresa al ingresar a un bar que los rockeros suelen esquivar. Ahí escuchó por primera vez artistas que lo sorprendieron. En sus palabras, «asusta como tocan los cumbieros».
En esa incursión comprobó que la cumbia no era música de segunda mano ni mucho menos. Además, consideró que aprender nuevos géneros es algo muy productivo, sobre todo estilos que no se conocen. Además, considera que aprendió mucho del lenguaje de la cumbia y que su propio estilo musical encajaba a la perfección en ese ritmo.
Ahí entendió que ambos eran estilos de la calle, una búsqueda de identidad y un mensaje para dar en este mundo que es diferente a lo que suelen vender. Busca generar una nueva visión, unir a la gente y cuestionar a la autoridad. Según él «si le cambiás la música a ‘Sos botón’ de flor de piedra y ‘Ya no sos igual’ de 2 minutos son prácticamente lo mismo».