Nuevamente, las calles de la capital de Venezuela se convertirán en el escenario de lucha del antichavismo, en una jornada que ha sido prometida como histórica por la líder Maria Corina Machado.
Desde el pasado fin de semana, la ciudad permanece bajo la custodia de más de 1.400 funcionarios de los cuerpos de seguridad del régimen de Nicolás Maduro, desplegados en un intento por amedrentar a la a los ciudadanos que saldrán a la calle a rechazar la dictadura.
Además del amplio despliegue de funcionarios, militantes del oficialismo instalaron durante la madrugada tarimas en dos puntos del este de Caracas, la plaza Altamira y la calle Élice en el municipio Chacao, lugar de concentración de las manifestaciones de este 9 de enero.
Desde hace días, el ministro de Interiores, Diosdado Cabello, ha realizado patrullajes nocturnos en la ciudad, como parte de la estrategia de intimidación del chavismo. Recursos que fueron desestimados por Machado, quien aseguró: “que el miedo nos tenga miedo”.
Maduro, anunció este martes la activación de los llamados “órganos de dirección integral” (ODIS), una estructura que centraliza el poder político, las Fuerzas Armadas, la Milicia Nacional Bolivariana, cuerpos policiales y grupos comunitarios, bajo el pretexto de “defender la paz” en los días previos al próximo 10 de enero, fecha en la que pretende usurpar el poder con una jura ilegítima.
Bajo el pretexto de una iniciativa de defensa integral, el dictador de Caracas describió a las ODIS como un “órgano superior” que operará en todos los niveles de la administración pública y comunitaria.
En la práctica, esto se traduce en un mecanismo de control territorial absoluto, diseñado para someter a la población y sofocar cualquier expresión de disidencia antes del 10 de enero, fecha en la que el presidente electo Edmundo González Urrutia debe asumir el mando, tras haber obtenido más del 60% de los votos el pasado 28 de julio, según las actas del Consejo Nacional Electoral (CNE) publicadas por la oposición.
“La activación de las ODIS garantizará la victoria ejemplar de la paz”, aseguró Maduro, en un intento de silenciar por la fuerza a quienes cuestionen su autoridad.
Según lo anunciado, estas agrupaciones estarán operativas en los 355 municipios del país y en miles de comunidades, extendiendo una red de vigilancia y represión sin precedentes.
Orlando Romero, comandante general de la Milicia del régimen, reiteró el apoyo de esta estructura a Maduro y a su proclamación fraudulenta.
“Gracias a la perfecta integración y fusión popular-militar-policial, nuestra nación está organizada para defenderse de todas las amenazas”, declaró, validando la militarización de la vida pública en Venezuela como una herramienta de control político.
La implementación de las ODIS se produce en un contexto de creciente represión, caracterizado por la persecución sistemática de opositores, el encarcelamiento de activistas y la desaparición forzada de figuras clave. Entre los casos más recientes destaca el de Enrique Márquez, ex vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, cuyo paradero sigue siendo desconocido.