El miércoles 29 de enero, Susana Giménez celebró su cumpleaños número 81 y, como es habitual, viajó a Miami, donde celebró en un exclusivo restaurante en compañía de su hija, Mercedes Sarrabayrouse, y un reducido grupo de amigos. Sin embargo, una ausencia llamó la atención: su nieta Lucía no estuvo presente, lo que generó una serie de especulaciones y rumores.
A través de sus redes sociales, Susana compartió una imagen de la noche, en la que aparece sonriente, sentada en el centro de la mesa. A su lado estaban los diseñadores Nico García Mayor y Marcelo Fernández, junto al empresario brasileño Pedro Azevedo y su hija Mercedes, quienes la acompañaron en este día especial. “Festejando con amigos”, escribió la conductora en su publicación, aunque la ausencia de su nieta sorprendió a muchos y generó curiosidad entre sus seguidores.
Sobre esto hablaron en A la Tarde (América TV), en donde aseguraron que a la diva de la televisión argentina no le gustó nada esta ausencia, que tendría que ver con una tensa relación entre ellas. “Dichos de Susana a su círculo íntimo”, anticipó Gustavo Descalzi, momento previos a leer la información que le llegó, que decía: “Esta chica (por Lucía Celasco) es demasiado rebelde, desprecia todo lo material, a la edad de ella yo ya era madre, trabajaba en el teatro, publicidad, hacía cine, pagaba mi departamento”.
En esa misma línea, sumó una frase que no pasó desapercibida y generó comentarios: “Le está faltando un poco de hambre”, en referencia a las declaraciones previas de Susana sobre su nieta. Asimismo, en relación con el festejo de cumpleaños de la diva, el cronista reveló que Lucía “estaba invitada y Susana lo vio como una ofensa”, lo que sumó aún más controversia sobre los motivos de su ausencia.
Lo cierto es que esta no es la primera vez que se especula sobre una mala relación entre Susana y Lucía. Esto teniendo en cuenta que, en 2021, durante una entrevista en Por el mundo (Telefe), la diva había expresado sin filtros su incomodidad: “Quiero que se vaya de casa y no se va”, le confesó a Marley. En aquella ocasión, también detalló los motivos de su reclamo, al mencionar el desorden y la falta de organización que generaban roces entre ambas. “Tiene un sillón cama, que lo abre y nunca más lo cierra hasta el día en que se va; no cuelga la ropa, es tremendo, su placard son las valijas”, comentó en aquél momento para dejar en evidencia las diferencias en la rutina diaria. Además, aclaró que su nieta solía instalarse en el cuarto de la planta baja y reconoció que su obsesión por el orden no ayudaba a la convivencia: “Yo soy maniática con el orden, ayer ya pasé la aspiradora, y encima me quemaron la pava francesa con una amiga”.