Tras años de insistir con la construcción de un muro fronterizo, el gobierno de Donald Trump avanza ahora con una estrategia inédita: instalar una zona militar vigilada por tropas activas, que funcione como espacio de retención temporal para inmigrantes. La franja de alrededor de 18 metros de ancho se extendería desde el oeste de Texas hasta el océano Pacífico, a través de Nuevo México, Arizona y California.
La iniciativa forma parte de la nueva ofensiva migratoria del presidente Donald Trump, quien en enero ordenó el despliegue de más de 10.000 soldados y autorizó el uso de tecnología y recursos militares para reforzar la frontera sur.
El Departamento de Defensa (DOD, por sus siglas en inglés) ya creó una fuerza de tarea con base en Fort Huachuca, Arizona, y ahora analiza utilizar ese espacio como área de retención temporal hasta que intervengan las autoridades civiles, según informó The Washington Post.
El plan prevé transformar la franja en una instalación satélite del Ejército norteamericano. Las tropas tendrían facultades para retener a las personas que crucen ilegalmente hasta que sean trasladadas por agentes migratorios.
Aunque el gobierno evitó calificar la medida como una “detención”, reconocieron que los inmigrantes quedarían bajo custodia militar, en condiciones similares a las de quienes ingresan sin autorización a una base federal.
Los puntos clave del proyecto:
Funcionarios del Departamento de Defensa ya consultaron con asesores legales sobre el impacto de retener personas sin orden judicial. Según The Washington Post, el gobierno justificaría la decisión con el argumento de que se trata de una medida de defensa nacional.
El gobierno federal intensificó el control migratorio con un despliegue simultáneo de tropas terrestres y presencia naval en la frontera sur. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), los cruces ilegales cayeron de 124.522 en diciembre —último mes de la presidencia de Joe Biden— a 28.654 en febrero de este año.
El refuerzo militar forma parte de la política de “cero tolerancia” impulsada por la Casa Blanca. Además de los más de 10.000 soldados desplegados, el DOD sumó al operativo al destructor USS Gravely, que patrulla la costa del Pacífico. La decisión apunta a frenar los cruces por vía marítima y ampliar el alcance estratégico del operativo, según reveló Forbes.
Aunque el plan de crear una zona militar de retención ya está en marcha, la orden ejecutiva todavía no fue firmada por el presidente. Sin embargo, altos funcionarios del Pentágono confirmaron que el proyecto cuenta con apoyo interno. En febrero, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró: “Defendimos otras tierras, ahora defenderemos esta línea”.
Mientras tanto, la Casa Blanca trabaja en una estrategia legal que permita ampliar el rol de las Fuerzas Armadas en materia migratoria, en una decisión que podría redefinir el alcance militar dentro del territorio nacional.