El PJ llega a la elección en medio de una interna feroz en la que Axel Kicillof se juega su supervivencia en el partido

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Para las elecciones de este domingo, al parecer, Cristina Kirchner zafó de la profecía de Javier Milei de meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo. La ex presidenta estaría convencida que ese supuesto último remache al ataúd se lo quiera poner Axel Kicillof, al que alguna vez soñó como su leal heredero.

En la cadena de desaciertos de Cristina como gran estadista sobresalen Julio Cobos, Amado Boudou, Daniel Scioli y Alberto Fernández. Pero probablemente el eslabón que más la enfurezca es el del Kicillof. Su otro heredero político, su hijo Máximo se convirtió en el brazo ejecutor de la resistencia y el revanchismo K, no tanto contra Milei, sino más bien contra el Gobernador de Buenos Aires.

«La única vez que Máximo se metió en la campaña fue para tirarle mierda a Axel. Me sorprende de que no se controle y quede como un muchacho ya grande que sigue jugando a la barricada», señala un altísimo jefe peronista que sigue alineado a Cristina.

«Me gustaría saber por qué el Gobernador pone tanta plata en La Plata y no en Quilmes», espetó el jefe de La Cámpora entre sus conocidos tics de muecas irónicas. «Axel y nosotros, todos juntos, en La Plata para esperar los resultados. La Cámpora en CABA. Pasión por romper», le escribe a Clarín otro renombrado líder peronista. «El escorpión no puede dejar de picar, aún ahogándose. Así les va…», concluye.

En el PJ, todos lo leen mas a o menos así. Si este domingo Fuerza Patria derrota a los libertarios por una diferencia importante, que sería de más de tres puntos, Axel Kicillof logrará finalmente tatuarse el traje de candidato a presidente por el PJ. Nadie podrá cuestionarlo, ni siquiera la ex Presidenta y mucho menos el regimiento camporista. Si le va mal, quedará muy mal parado en el camino para 2027.

Cristina y Máximo repudiaron la osadía de Kicillof de desdoblar las elecciones. Se lo hicieron sentir con ninguneos de todo tipo y zancadillas en la legislatura provincial. Los Kirchner, como casi todos los que viven por y para el poder, odian a los desalineados. Silbando bajo y sin sobreactuaciones, el Gobernador se les plantó quizás como ningún otro. Y logró hacerles daño como ningún otro.

Desde su encierro, Cristina sólo sonríe para las fotos o cuando, muy cada tanto, sale al balcón porque algún grupo de militantes llega a mostrarle algo de cariño. La ultima imágen fue con el Indio Solari, evento que organizó el propio Máximo. Su último posteo en las redes fue para, de alguna manera, recordarle al país que la corrupción no es sólo una suciedad de su mandato sino que también estaría manchando a los libertarios. De la elección de este domingo, solo le dedicó el último renglón y pidió ir a votar.

Coincidencia general: el viento político en la Provincia de Buenos Aires sopla para otro lado. Hace un mes nadie dudaba que La Libertad Avanza se quedaba con la elección, relegando solo la Tercera Sección. Hoy, la sensación es que en el voto total en el territorio bonarense, el PJ podría imponerse. Pareciera ser que únicamente se discute la diferencia. «La Tercera definirá todo. Vemos una victoria del Fuerza Patria que podría superar los 10 puntos. Antes, Juntos por el Cambio lograba compensar con el apoyo del interior provincial, pero en La Cuarta y otras secciones la oposición provincial va dividida. Hay más de 20 intendentes radicales y vecinales que juegan con Julio Zamora en Somos y otros espacios», señala un viejo lobo de mar del Conurbano.

Todo parece haberse dado vuelta. Kicillof desdobló la votación para evitar la nacionalización de la elección de octubre. Hoy Milei se ve forzado a explicar los supuestos desaguisados de sus funcionarios. Perdió fuerza la iniciativa contra la casta, más allá de la retórica. Asi, la nacionalización de una extraordinaria elección desdoblada quizás termine favoreciendo a Kicillof.

«¿Alguien se acuerda de la inseguridad. De la falta de cloacas, agua, y familia viviendo en casas con pisos de tierra? Se separa la votación para hablar de los problemas de los bonaerenses y de lo único que se habla es de las grabaciones y los disparates del Gordo Dan», se lamenta ante este diario uno de los principales armadores libertarios.

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