El gobierno de Milei mantiene el mayor secretismo respecto a las operaciones financieras y los acuerdos comerciales con Estados Unidos. La historia reciente del swap por U$S 20.000 millones, la activación del mismo para el pago de la Argentina al FMI por U$S 800 millones, la venta de dólares por el Tesoro norteamericano para intervenir la cotización de la divisa en la previa electoral y los principales lineamientos del acuerdo comercial con dicho país, sólo se reconstruyen a partir de la información oficial de EE.UU. y de estimaciones de consultoras privadas en base a datos del Banco Central.
La información que surge es apenas la punta del iceberg de aquello que quieren ocultar: condicionalidades económicas y políticas, clausulas secretas, negociados, consecuencias para la sociedad argentina, entre otras cuestiones. Sin embargo, lo que se sabe es suficientemente ilustrativo.
La reconstrucción de los hechos
1) El «rescate» de EE.UU. El 9 de octubre, cuando el Tesoro argentino quemaba dólares para sostener la cotización y luego debió hacerlo el Banco Central al tocar el techo de la banda, apareció el rescate concreto del gobierno norteamericano al gobierno de Milei. Mediante un tuit, el Secretario del Tesoro norteamericano anunciaba la intervención en el mercado local con una inédita compra directa de pesos (inyección de dólares), lo que habría sucedido por intermedio de un banco privado. Asimismo, confirmó un swap de U$S 20.000 millones.
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2) ¿Cuántos dólares inyectó EE.UU.? Tras días de intervención sin exactitud sobre la forma de la operatoria norteamericana en el país, las consultoras comenzaron a identificar «la ruta del dinero de Scott». Entre el 9 y el 25 de octubre se estima que el Tesoro norteamericano compró Pesos por un monto cercano a los a U$S 2.000 millones.
3) ¿Adonde fueron esos pesos? En un informe especial, la consultora 1816 planteó que «gracias al balance semanal del Central nos enteramos que los Pesos estuvieron invertidos en Letras del BCRA hasta el día 29 de octubre inclusive». Scott también apostó al «carry trade» (ganancias especulativas de corto plazo con bonos del Estado o el Banco Central).
4) Pájaro que comió, voló: Luego de las elecciones en las que en parte funcionó el «chantaje» de Trump para que Milei salga aireoso, los mercados se zambulleron en la euforia y el dólar comenzó a descender. El Tesorero norteamericano consideró que era el momento de salir de su inversión. Había comprado pesos «baratos» a un promedio de $1.471, y luego los vendió más «caros» a $1.433,7 cuando la cotización del dólar estaba baja. Con la diferencia hizo unos U$S 53 millones, según el cálculo de la misma consultora. Pero además, por haber dejado su inversión en las Letras del BCRA obtuvo un rendimiento adicional. En total, se embolsó una ganancia de U$S 70 millones. Y decidió que debía «salir», llevándose los U$S 2.000 millones invertidos y su ganancia.
5) Entra el swap en acción. Como el gobierno argentino se encuentra en una crisis de acumulación de reservas, que lo lleva directo a pedir un «waiver» (perdón) con el FMI a fin de año, aparece la pregunta de dónde obtuvo los dólares Scott para llevarse su inversión y su ganancia del país. La solución la brinda el mismo verdugo: del swap que EE.UU. le otorgó a la Argentina.. En otras palabras, ahora se generó una deuda de esta última con el país norteamericano. «El BCRA había pasado de deberle Pesos a Estados Unidos a deberle Dólares», sentenció 1816. Nada de esto salió a luz. El diputado nacional del PTS-FITU Christian Castillo presentó un pedido de informes al Ejecutivo para que detalle todas las condiciones del swap y su activación. Silencio de radio.
6) Eso no es todo: se suma la deuda del FMI. Mediante información oficial del gobierno de EE.UU. se conoció el pasado viernes que también Argentina pudo pagar el vencimiento de U$S 798 millones al FMI con dinero del swap que Estados Unidos le prestó.
En total se estima que éste se activó por unos U$S 2.500 millones. Por lo tanto, de los U$S 20.000 millones iniciales del swap, Argentina ya utilizó un 12,5%. ¿A qué costo?
Scott Bessent no tuvo reparos en admitirlo: según sus propias palabras, “el gobierno de Estados Unidos ganó dinero” con este swap, a diferencia de otros rescates en los que las pérdidas suelen socializarse.
Pero también, la injerencia del imperialismo tiene centralmente el interés del gobierno de EE.UU. en el rescate de las propias inversiones de empresas norteamericanas en el país, así como mantener un pie firme en latinoamérica importante en su disputa con China, a quien pretende desplazar en las áreas de tecnología, comunicación y energía.
«Argentina posee tierras raras y uranio», y «esto no es un rescate, es comprar barato y vender caro», seguía tuiteando Bessent.
En defensa propia, el pueblo trabajador argentino debe denunciar el pacto electoral de entrega a EE.UU., romper el acuerdo de sumisión con el FMI e imponer el no pago de la deuda odiosa con una gran movilización popular .
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