El fútbol y sus ¿imponderables? Boca ganaba cómodo contra Fortaleza en la Bombonera y daba un paso clave en la Copa Sudamericana pero el 1-0 era demasiado corto. Y así lo pagó el Xeneize: no lo liquidó y el equipo brasileño empató el partido en el último minuto del partido, con un contraataque tras un córner.
Con este resultado, Boca difícilmente sea primero en su grupo, y terminar segundo lo obligará a jugar una incómoda llave de playoff contra el que sea tercero en la Copa Libertadores para acceder a los octavos. Y todo por una jugada fatal en la que se conjugaron mil errores, en ataque y defensivos. ¿De quién o quiénes fue la culpa?
«Era un partido perfecto, el que uno sueña. Yo soy el principal responsable de perder los dos puntos. Les tengo que dar más herramientas a los muchachos. Las modificaciones de Fortaleza no nos afectaban. Yo tengo que dar algo más para que ellos no sufran», dijo el DT Diego Martínez, desnudando su bronca y sus falencias pero también la banca a sus jugadores, algo clave para el manejo de grupos.
El debate futbolero se pregunta si fue responsabilidad del ex Tigre y Huracán lo desprotegido que quedó el fondo xeneize en la subida de Marinho y el gol de Kervin Andrade, o si en esos instantes del partido son los jugadores los que deben mostrar la lucidez de cuidar el resultado y no pecar de ingenuos.
En otra señal de liderazgo y buena convivencia, Sergio Romero tomó las palabras del DT e incluyó a los jugadores entre los culpables del empate.
«El entrenador no es el único responsable, tenemos gente de experiencia. Debíamos leer el juego, tenemos gente grande, con voz de mando. El partido se tendría que haber terminado en la última jugada, no tendría que haber terminado en nuestro arco», afirmó Chiquito, todavía con bronca. Al margen de la burrada táctica de todo el equipo, pareció que el arquero pudo haber hecho algo más tras el pase de Marinho.
¿Qué pasó con Boca en ese minuto fatal? Tener un córner a favor terminó condenando las aspiraciones del equipo. Los de La Ribera fueron con seis jugadores al área de Fortaleza, con tres defensores: Cristian Lema, Luis Advíncula y el juvenil Lautaro Di Lollo, de 20 años.
Otros dos jugadores quedaron para el rebote, Equi Fernández (21 años) y Milton Delgado, otro pibe de 18 años. Junto a ellos, pegado (o no tan pegado) a Marinho, Lautaro Blanco. Fueron los tres testigos directos de la corrida de Fortaleza y el gol que lo cambió todo.
De todos ellos, por veteranía y experiencia, los dos primeros que quedan marcados son Lema y Advíncula, que subieron a buscar el córner sin pensar en cómo o quiénes quedaban en el fondo. En el instante previo al tiro de esquina hay una imagen que grafica cómo tomó la acción la defensa xeneize, con el ex Lanús sonriéndole al peruano.
Minuto 89 del ST. Ganando 1-0. Y no sólo subieron todos al córner sino que subieron relajados como si estuvieran en la pista de Cocodrilo. Increíble. pic.twitter.com/TzloT8hIad
— Alejandro Bongiovanni (@alejobongio) May 16, 2024
También se le puede achacar alguna responsabilidad a Kevin Zenón, la gran figura del partido hasta ese momento, pero que tiró el córner al área cuando todo se resolvía con un toque para algún compañero que se acercara a la esquina. Vale recordar que el ex Unión tiene 22 años y lleva apenas 31 partidos con la camiseta de Boca. ¿Pudo ser Edinson Cavani el hombre con la lucidez suficiente como para pedir ese pase?
Boca sufrió la suma de todos los errores, y vale destacar un nombre más en el combo: Guillermo Pol Fernández, que había salido un rato antes, víctima del cansancio. A los 32 años, el de Granadero Baigorria no luce pero juega como un veterano, y muy posiblemente se hubiera encargado de evitar el gol de Fortaleza con un par de gritos, un cierre a tiempo o una patada. Por esas cosas Juan Román Riquelme lo destaca tanto.