En un discurso predecible en la estrategia populista que caracteriza su mandato, Axel Kicillof, el gobernador ultra kirchnerista de la provincia de Buenos Aires, enloqueció al pedirle al presidente Javier Milei que destine parte del acuerdo con el FMI para Bahía Blanca.
Durante una conferencia de prensa realizada en la ciudad junto al intendente kirchnerista Federico Susbielles, Kicillof solicitó al Gobierno de Milei que una parte del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se destine exclusivamente a la reconstrucción de la ciudad.
«Espero que una porción del crédito no sea utilizado para la especulación, para la timba, que se use para cuestiones como esta, para la reconstrucción de la ciudad de Bahía«, afirmó Kicillof, responsable directo de que, por su inutilidad, Argentina enfrente deudas mayores a los 40.000 millones de dólares.
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En un claro contraste con la postura del presidente Javier Milei, el gobernador bonaerense resaltó la importancia de la «presencia del Estado» y de la «obra pública» como única solución posible ante la crisis. Sin embargo, si hay algo que quedó demostrado en Bahía Blanca, es que no hay mayor estafa que el supuesto «Estado presente».
Además, en su discurso, el gobernador hizo hincapié en que, según él, sin la intervención directa del gobierno provincial, la ciudad no podría superar los efectos del desastre.
Entre las medidas anunciadas, Kicillof destacó la entrega de subsidios, créditos a tasas subsidiadas para familias y empresas, y una serie de beneficios fiscales, que incluyen la exención del impuesto inmobiliario urbano durante un año, iniciativas que poco pueden hacer frente a la magnitud del desastre en la ciudad.
El pedido de Kicillof al presidente Javier Milei de reunirse para discutir el uso de los fondos del FMI es, sin duda, una delirante jugada política para chicanear al Gobierno nacional.
Mientras tanto, Kicillof sigue contradiciendo su discurso de urgencia, gastando miles de millones de pesos en políticas ideológicas como la de género.
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Mientras pide más fondos del gobierno nacional para la reconstrucción de la ciudad, no ha dudado en mantener, e incluso expandir, el presupuesto destinado a programas vinculados a la agenda de género y política, como los centros de hormonización y la pauta oficial, gastos delirantes que podrían haberse redirigido para atender las necesidades inmediatas de los damnificados.
La ayuda del Gobierno nacional
Mientras tanto, el Gobierno de Milei actuó con rapidez y eficiencia ante la tragedia en Bahía Blanca, enviando de manera inmediata 10 mil millones de pesos en asistencia financiera y refuerzos de seguridad a través de las Fuerzas Armadas y de Seguridad para garantizar el orden y la protección de los ciudadanos afectados.
En paralelo, muchos vecinos de la ciudad denuncian que, a pesar de haber sufrido las devastadoras consecuencias del temporal en Bahía Blanca, les negaron la ayuda por parte del municipio debido a su falta de afiliación al kirchnerismo, utilizando esta tragedia como medio para beneficiarse en imagen partidaria.