No hubo batacazo argentino en la Philippe Chatrier, la cancha central de Roland Garros. Allí, Andrés Molteni y Máximo González cayeron por 7-6 (7-4) y 6-4 contra el dueño del lugar, Rafael Nadal, y Carlos Alcaraz, quien seguramente será por mucho tiempo su inquilino y aparece en estos Juegos Olímpicos como el compañero ideal para que el ex número 1 del mundo pueda ilusionarse nuevamente con una medalla dorada, esta vez en París, la ciudad en la que es rey.
Habrá, al menos, una función más de Rafael Nadal en el dobles de los Juegos Olímpicos de París. Claro favorito del público desde que pisó el polvo de ladrillo de ese Philippe Chatrier en el que gritó campeón 14 veces, Nadal no dejó que nada lo sacara de foco. Movedizo, sólido y muy enchufado, se complementó muy bien con Alcaraz, con el que nunca había jugado antes un torneo. Aunque en un primer set muy parejo, les costó romper la barrera de los argentinos, ganadores de ocho títulos juntos.
Contra todo pronóstico, los argentinos les dieron pelea a los candidatos al oro. De hecho, Alcaraz fue al servicio en el primer game y lo perdió, lo que abrió la esperanza nacional. Sin embargo, una doble falta de Machi González reestableció la paridad, que se mantuvo hasta el tie break.
Los argentinos Molteni y Machi González durante un instante del partido. Foto REUTERS/Aleksandra SzmigielAllí, Molteni y Machi González se mantuvieron en carrera hasta el 3-3. Entonces, España llegó al mini quiebre (4-3) y a un triple set point con los saques de Alcaraz. Nadal, viviendo a full cada momento, festejó con un puño apretado y desde la tribuna bajó un «Rafa, Rafa, Rafa». Finalmente, los españoles lo cerraron a su favor por 7-4.
Si la primera manga había generado ilusión en la pareja argentina, la aumentó el arranque del segundo set, cuando González y Molteni se encontraron rápidamente 3-0. Pero Nadal y Alcaraz mantuvieron la concentración y, tras esa meseta, sumaron tres games consecutivos y no volvieron a ceder el partido.
El momento clave y definitivo se dio, entonces, con el saque de Machi González, que no pudo mantenerlo y le dio a España la posibilidad de sacar para partido. Desde allí, Rafa no falló: cerró el set por 6-4 en una hora y 47 minutos de juego para festejar por primera vez en sus últimos Juegos Olímpicos.
