Naturaleza, playas increíbles, acantilados y mucha tranquilidad. Así es Chapadmalal, una joya cada vez más elegida por quienes buscan una escapada diferente, conectada con lo natural, con lo auténtico. Un destino que crece y se transforma, sin perder su esencia: la de una comarca turística que invita a quedarse, al menos por unos días.
Mar del Plata lo tiene todo, y eso incluye a Chapadmalal. A tan solo 20 minutos del centro marplatense, este rincón del Partido de General Pueyrredon ofrece un paisaje diverso y cautivante: dunas, mar, campo, acantilados y una atmósfera relajada que lo hace único. Decir “Chapa” es hablar de relax, surf, arte, gastronomía, vinos, deporte, diseño, glamour y comunidad. Una forma de vivir.
Un destino sin centro, pero con mil razones para volver
Chapadmalal no tiene un centro urbano como tal, sino una colección de barrios con identidad propia: Playa Chapadmalal, San Eduardo, Los Lobos, Santa Isabel, El Marquesado, San Eduardo del Mar. Cada uno ofrece su encanto, sus playas y propuestas.
En los últimos años, Chapa se convirtió en el lugar elegido para escapadas, surf trips, vacaciones en familia o incluso como hogar para quienes buscan una vida más simple, más natural. Un oasis a solo cinco horas de Buenos Aires.
Dormir entre los árboles y despertar con el sonido del mar
La oferta de alojamiento en Chapadmalal es amplia y muy bien pensada. Más de catorce cabañas entre frondosas arboledas, con todas las comodidades, muy cerca de la playa. La experiencia: fogones, espacios comunes para compartir si se desea, seguridad y un entorno verde que abraza.
También hay opciones de apart hotel, con vistas al mar y propuestas gastronómicas abiertas al público, además de complejos con teatro, pileta climatizada, gimnasio, hidromasajes e incluso cajeros automáticos. Un verdadero lujo frente al mar.
Para quienes buscan privacidad, hay casas totalmente equipadas que se convierten en el “hogar ideal” por unos días. Y los hostels, elegidos por los más jóvenes, son espacios para socializar, disfrutar de fogones, terrazas con vista al mar, arte, música en vivo y buena vibra.
¿Camping? También hay. Dos campings bien equipados en los que se puede dormir con el sonido del viento y la brisa marina como única compañía.
Sabores que maridan con el mar
La gastronomía en Chapa es variada, de calidad y con una fuerte impronta local. Cervecerías artesanales que ofrecen pizzas, picadas, fueguitos, lamparitas y música en vivo. ¿Birra? Golden, IPA, Honey, Porter, la que quieras.
Los restaurantes ofrecen parrilla, mariscos, sushi, platos veganos, pastas, minutas, meriendas con medialunas, churros y alfajores marplatenses. Todo en ambientes tranquilos y con ese toque creativo y bohemio que define al lugar.
Experiencias que se sienten, se viven y se repiten
Chapa no es solo un destino de descanso. Es también adrenalina, conexión, movimiento:
- Surf: Para principiantes o profesionales. Aquí se celebran fechas clave del circuito argentino, como el Open Pro La Paloma.
- Trekking: Recorridos costeros, caminatas por acantilados y amaneceres que se recuerdan para siempre.
- Running: Médanos, arroyos, caminos rurales y naturaleza por doquier.
- Pesca deportiva: Desde acantilados, playa o embarcado, la costa ofrece especies todo el año.
- Golf: El campo de Marayui es de nivel internacional, con paisajes únicos y diseño USGA.
- Parapente: Vuelos de bautismo con vista al mar. Pura libertad.
Y como si fuera poco, Chapadmalal es sede de la primera bodega con influencia oceánica de Argentina, en la Estancia Santa Isabel. Allí se puede hacer una visita guiada, recorrer los viñedos, disfrutar de una picada y degustar sus vinos únicos.
Chapadmalal es eso que estás buscando. Un lugar donde el tiempo se desacelera, donde lo natural vuelve a ser protagonista y donde cada día se vive con otro ritmo. Ideal para desconectar, reconectar y quedarse un rato más.