jueves, 19 septiembre, 2024
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Javier Milei hace un guiño al PRO en la Ciudad y busca sumar más actores con la mira en el Presupuesto y en las elecciones

Entre el asado en Olivos con diputados y el acuerdo con la Ciudad de Buenos Aires por los fondos de la coparticipación el gobierno de Javier Milei puso en marcha un operativo de seducción para mantener cerca al PRO y a la vez tratar de atraer a un sector de la UCR, para ganar músculo político ya no solo en el Congreso sino también en el territorio.

El Gobierno tiene dos objetivos centrales en el corto y en el mediano plazo. El primero es lograr la aprobación del Presupuesto 2025, para lo cual arranca en desventaja ya desde el debate en la comisión y necesitará del radicalismo. El segundo es robustecer el armado para las elecciones legislativas del año próximo, algo en lo que ya dio un paso clave: la Justicia Electoral acaba de reconocer a La Libertad Avanza (LLA) como partido en la provincia de Buenos Aires.

La comida con la que Milei agasajó a los 87 diputados que le permitieron sostener su veto a la ley que aumentaba las jubilaciones apuntó en esas dos direcciones. En un discurso de cinco minutos, el Presidente les confirmó su idea de armar un «scrum». Quiere afianzar ese número para bloquear la mayoría de dos tercios con la que la oposición puede tumbar un veto presidencial.

No obstante, una fuente que participó de la cena señaló ante iProfesional que el mandatario también hizo referencia a la necesidad de «ganar el año que viene». La idea que quedó flotando fue la de posibilidad de que ese «scrum» se convierta eventualmente en algo más que una alianza circunstancial para contener en la Cámara baja el avance de la oposición. Sin embargo, enfrenta algunos obstáculos en el PRO y mucho más en el radicalismo.

Javier Milei y otro guiño al PRO: ¿el acuerdo con la Ciudad se pone a prueba en el Presupuesto?

El acercamiento de otros espacios afines (del «centro a la derecha», según deslizan en el oficialismo) es clave para el Gobierno. La incorporación de Carolina Píparo (con quién sumó un voto en Diputados y una potencial candidata ya que su mandato vence en 2025) fue un avance en esa dirección. Pero la alianza con el PRO es más fundamental para Milei, que nunca ocultó su deseo de fusionar ambos espacios. Por estas horas, ese proceso se acelera en la provincia de Buenos Aires, donde el bloque PRO Libertad que responde a Patricia Bullrich está a un paso de unirse con La Libertad Avanza en la Legislatura.

Ese movimiento mete una cuña en la interna entre Bullrich y Mauricio Macri, quien además tiene puesto el freno de mano a la propuesta de armar un interbloque en la Cámara de Diputados de la Nación. No obstante, la relación entre el líder del PRO y Milei mejoró, según comentan en el partido amarillo.

El mandatario intenta ahora cuidar y cultivar ese vínculo. Escuchó los consejos de Macri de prestar más atención a la «rosca» del Congreso y habilitó una mesa de coordinación parlamentaria entre la Rosada y los bloques aliados, donde Cristian Ritondo (PRO) tiene un rol clave, aunque el mayor gesto se da con el acuerdo que alcanzó el Gobierno nacional con la Ciudad.

A pesar de ser heredada, la deuda de la Nación con la Ciudad por los fondos coparticipables que le recortó la gestión anterior es central para Macri. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, confirmó este miércoles un principio de acuerdo por el que el Ejecutivo pagará un 1,40% diario y 1,55% en forma semanal para llegar 2,95% que ordenó la Corte Suprema, en una cautelar a favor de la Ciudad.

Sin embargo, aparecen dos cuestiones a resolver en este tema para que Milei avance en su acercamiento con el PRO. Una es que la Ciudad mantiene el reclamo de fondo por el 3,50% de la masa coparticipable y «la Nación tiene una mirada diferente», según reveló Jorge Macri. Pero más importante es que el acuerdo alcanzado necesitaría de un retoque en el Presupuesto 2025.

Tras su presentación en Diputados por parte de Milei, la Ciudad advirtió que la ley de gastos y recursos solo incluía el 1,4% de coparticipación y no el 2,95%. Para cumplir el acuerdo «se supone que eso se va a tener que modificar en el Presupuesto«, señaló una fuente del PRO a iProfesional. Esta sería una de las puertas de entrada a la discusión que enfrenta el Gobierno en Diputados.

Ruptura virtual en la UCR: ¿una interna con doble filo para Javier Milei?

Ese debate es la motivación principal para que el Gobierno intente cuidar al sector del radicalismo que muestra mayor colaboración con sus objetivos, en medio de una fortísima interna en el bloque que encabeza Rodrigo de Loredo y que «en la práctica está quebrado», según consideró ante iProfesional un diputado del sector más crítico del oficialismo.

Esa porción del bloque que se referencia en Facundo Manes y el presidente de la UCR, Martín Lousteau, unos 12 entre los 33 diputados, ya no solo pide la expulsión de los cuatro que dieron vuelta su voto sobre las jubilaciones sino que ahora reclama la cabeza de De Loredo. «Está difícil, así que habrá una convivencia imposible con una ruptura no formal, pero sí en la práctica», señaló otra fuente.

La Libertad Avanza se relame ante esas crisis de la UCR. En el oficialismo reconocen que aceptarían sumar a los radicales si fueran expulsados (dado que nunca les sobrarán los votos) y esa posibilidad, combinada con la buena relación que cosecharon con los gobernadores como Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, le permite a los libertarios fantasear con futuras alianzas electorales por provincias.

Sin embargo, la naturaleza misma de esa interna dificulta por ahora cualquier acercamiento. Si la intención de Milei y su tropa con el asado en Olivos era fidelizar a los cuatro radicales que lo ayudaron y que hoy tienen suspendida su afiliación a la UCR, la ausencia de tres de ellos fue la primera señal de que no le será fácil.

El único que asistió fue Mariano Campero, el que más coquetea hoy con el Gobierno. Martín Arjol, Luis Picat y Pablo Cervi no fueron por distintas razones pero por la misma motivación: no quieren irse de la UCR y hasta ahora De Loredo y los gobernadores los protegen de los ataques internos. La reunión que organizó el jefe del bloque el martes por la noche fue para tratar de mantener la unidad -cosa que no logró- pero también para que no vayan a la reunión en Olivos.

El Presupuesto y las alianzas que necesita el Gobierno

La interna también influye en el debate sobre el Presupuesto 2025 que el Gobierno se prepara para activar la semana próxima en Diputados. La primera escala será la Comisión de Presupuesto y Hacienda, donde tendrá que firmarse el dictamen de mayoría que pasará luego a ser votado en el recinto. Para ello se necesitan 25 de las 48 firmas y el oficialismo solo tiene 15.

A ese número llegan entre La Libertad Avanza, el MID y el PRO. Si bien el oficialismo puede pescar algún apoyo en el peronismo y en el bloque Innovación Federal, las seis firmas de la UCR serán centrales. Una de ellas es la de Martín Arjol y otras dos forman parte del sector que encabeza De Loredo.

Luego vendrá, si llega, el desafío de reunir 129 votos en el recinto para darle media sanción al Presupuesto 2025. Como ocurrió con otras leyes, la UCR también será clave para el objetivo de Milei en esa instancia, mientras sigue el malestar con la Casa Rosada en otros bloques dialoguistas como Encuentro Federal, de Miguel Pichetto. Todos, igualmente, reclamarán cambios en el proyecto, con la mira puesta en las partidas para educación y las exenciones impositivas.

El gobierno de Javier Milei no quiere repetir con el Presupuesto 2025 los errores que se cometieron con la Ley Bases y ya organiza reuniones con jefes de bloque. La capacidad de estrechar los lazos con el PRO y seducir a otros sectores es clave para ese debate, pero el armado electoral ya asoma en el horizonte y el oficialismo necesitará también allí de todo lo que pueda acercar a su orilla.

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