El monstruo del fin de semana es un hombre manso que se sienta bajo el cielo de Casa Amarilla y hace una profunda autocrítica. Como si se tratara del Doctor Jeckyll y Mr. Hyde con guantes, Sergio Romero intenta explicar por qué perdió la razón en la puerta del túnel, cuando se enfrentó a los plateístas que lo insultaban por su bajo rendimiento. Con palabras atropelladas, habla en el canal del club. No es casual que haya elegido romper el silencio en el medio oficial. Y ya se sabe que no estará ante Belgrano, el sábado en Córdoba, y tampoco el domingo 6 de octubre frente a Argentinos Juniors en la Bombonera. La pregunta que repiquetea a orillas del Riachuelo es si volverá a atajar en Boca.
¿De qué depende la continuidad de Chiquito? En principio, tiene contrato hasta diciembre de 2025. La renovación se dio en junio, cuando su futuro era una incógnita. ¿Qué decisión habría tomado Juan Román Riquelme si el incidente del sábado se hubiera producido antes? Es posible imaginarlo. También, hay una realidad: Leandro Brey es el número uno a potenciar, ya mostró que no le pesa el arco azul y oro, y fue recurrente en las citaciones a las distintas selecciones juveniles.
Si Brey tiene buenos rendimientos ante los cordobeses y contra el equipo de La Paternal, ¿por qué no podría ganarse el puesto? Además, ya trascendió que el Consejo de Fútbol buscará otro arquero para competir por el puesto. En ausencia de Chiquito, sancionado por dos fechas, el suplente será Javier García, silencioso referente en el plantel que -por ahora- conduce Diego Martínez.
“Expresé lo arrepentido que estaba de la situación que vivimos, del momento… Hay que bajar los humos e ir al vestuario pensando qué pasó en la cancha y pensando en lo que viene”, dijo Romero en la entrevista que le dio al canal de Boca.
El misionero de 37 años hizo un mea culpa. «Lamentablemente no pude controlar ese momento, estaba demasiado enojado, con el árbitro que para mí en la última jugada era gol para nosotros. No me aguanté el momento y tuve una reacción horrible, fea. Tuve que pedir disculpas al hincha, al presidente, al club, a mis compañeros y a mi familia también porque gran parte son hinchas de Boca y aman a ver a Boca», añadió.
A propósito de su familia, hubo una bandera que llamó la atención en el Superclásico. Un trapo con la imagen de Romero llevándose el dedo índice a los labios, como pidiendo silencio ante las críticas. Los hinchas ya estaban enojados por su responsabilidad en los dos goles contra Racing y su floja respuesta en el tiro de Facundo Colidio que derivó en el grito de Manuel Lanzini el sábado pasado en La Bombonera.
«Hable con el Consejo de Fútbol y me comunicaron la sanción de dos partidos sin estar entre los convocados. Uno entiende que, como profesional, tiene que haber una sanción para que no se vuelva a repetir y no se crean que todo es libre. Hablamos de eso, de lo que fue el partido en sí, de lo que estamos viviendo y todos de nuestro lado queremos sacar al club adelante y que comiencen los triunfos”, apuntó.
Chiquito también hizo una elucubración que le apuntó al árbitro. «Hay muchas situaciones raras, pero con este club nos acostumbramos a que las situaciones raras siempre son en contra nuestra».
¿Cuándo podría volver a atajar Romero? En el caso de que Martínez decida devolverle el puesto, recién sería el fin de semana del 17 de octubre, ya que habrá un parate por la fecha FIFA para las Eliminatorias Sudamericanas. Entonces, Boca visitará a Tigre y volvería a encontrarse con el público xeneize a finales del mes que viene, cuando Riestra llegará a la Bombonera. A esa altura, Brey puede seguir siendo el titular, está claro.
Romero le tiró flores a Riquelme por haberlo llevado a Boca. «Soy un agradecido al presidente que fue el que me dio la oportunidad de venir a este club, al hincha de Boca porque desde el día uno me recibieron como si fuera mi casa», sostuvo.
Y agregó: «No me olvido cuando me aplaudieron, cuando me silbaron, tengo memoria para todas las cosas y trabajo día a día para que llegue el fin de semana y no me metan goles».
Chiquito protagonizó un gran 2023, especialmente a la hora de los penales que condujeron a Boca a la final de la Libertadores en el Maracaná, donde perdió con Fluminense y, también, con la Selección Argentina frente a Alemania en el Mundial 2014. Desde aquel torneo, en aquella definición contra Países Bajos (antes Holanda) en la que Javier Mascherano le dijo “hoy te convertís en héroe”, corrió mucha agua bajo el puente del fútbol y vestido de azul y oro tuvo un gran pico.
Boca avanzó en la Copa Libertadores de la temporada pasada ante Nacional de Montevideo, Racing y Palmeiras gracias a las manos firmes de Romero. Todo cambió este año, claro. Pasó a ser el villano favorito de los hinchas. ¿Habrá tabula rasa o ya no volverá a pararse bajos esos tres palos en los que pudo ser un ídolo?