lunes, 25 noviembre, 2024
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Masters 1.000 de Montecarlo, día 1: la pesadilla de Sebastián Báez en su debut y el alarmante vendaje de Carlos Alcaraz

El cuadro principal del Masters 1.000 de Montecarlo es una quimera para Sebastián Báez. El bonaerense tenía todo encaminado para celebrar el primer triunfo de su carrera en un cuadro principal sobre el polvo de ladrillo del principado, pero cuando sacó 5-3 en el segundo set se desmoronó y el sueño se convirtió en una pesadilla: el alemán Jan-Lennard Struff se recuperó para vencerlo por 1-6, 7-6 (3) y 6-2.

Así fue el arranque de la gira de canchas lentas previa a Roland Garros para el mejor argentino del ranking ATP (19°), que quiere dar un paso adelante en los torneos europeos sobre esa superficie, después de haber sido uno de los mejores en los campeonatos de esa superficie disputados en Sudamérica.

El inicio del partido para Báez nada hizo presagiar el final. Porque con solidez, concretando cada chance de quiebre que tuvo a su favor, manejó los ritmos del juego hasta quedarse con el primer parcial por un contundente 6-1.

Pese a no ser su superficie predilecta, Struff (26°) reaccionó. Al menos lo intentó. Por eso el segundo set fue mucho más parejo, aunque el argentino supo controlar la potencia de la derecha del alemán, quedando 5-2 arriba en el marcador y con una chance de sacar para cerrar el partido.

Pero Struff, empezó a dominar mentalmente el juego, taladró desde el fondo de la cancha hasta llegar al tiebreak, donde se impuso 7-3 para igualar las acciones.

El tercer y definitivo parcial se resolvió cuando el europeo quebró el saque del argentino en el sexto game (4-2). Báez -que salvó 20 puntos de quiebre de su rival- ya no pudo volver al encuentro y perdió una posibilidad inmejorable para sumar su primera victoria en el cuadro principal de Montecarlo.

Fue sorpresiva la derrota del bonarense, a quien muchos consideraban como uno de los candidatos para llegar lejos (y hasta quizás pelear por el título) en suelo monegasco, por los grandes antecedentes que tenía esta temporada sobre polvo de ladrillo.

Es que en los torneos que se disputaron en canchas lentas en Sudamérica, terminó con un récord de 13 victorias y dos derrotas y dos nuevos títulos. Fue semifinalista en Córdoba, donde perdió con el italo-argentino Luciano Darderi, luego campéon. Se despidió en cuartos en Buenos Aires ante Federico Coria. Y luego hilvanó consagraciones en el ATP 500 de Río de Janeiro (venció a Mariano Navone en una final cien por ciento argentina) y en el 250 de Santiago de Chile (con triunfo ante el local Alejandro Tabilo). Así llevó su cuenta personal a seis títulos, cinco de los cuales los conquistó sobre polvo.

Antes del arranque de esa gira, además, había ganado el único partido que jugó en la serie de Qualifiers de la Copa Davis ante Kazajistán en Rosario. Fue en el quinto punto para sellar el agónico triunfo del seleccionado albiceleste por 3-2.

Báez conquistó en Río el título más importante de su carrera. EFE/ André CoelhoBáez conquistó en Río el título más importante de su carrera. EFE/ André Coelho

Así, había llegado a Montecarlo con 14 festejos y apenas dos caídas en polvo en esta temporada. Pero no pudo extender su gran momento y se despidió demasiado rápido del Principado.

El ATP 500 de Barcelona, desde el próximo lunes, será la próxima parada de Báez en la gira europea, en la que nunca logró regularidad en el pasado.

Si bien en ese tramo de la temporada ganó su primer título en 2022 (Estoril), ese torneo fue el único en el que alcanzó semis. El año pasado, por ejemplo, su mejor actuación fueron los cuartos en el certamen portugués y en Lyon. Y en las citas de más jerarquía, no consiguió ganar más de un partido por torneo: cayó en el debut en Montecarlo, en tercera rueda en Madrid (quedó libre en la primera) y en la segunda en Roma.

Enfocado siempre en mejorar, más allá de los resultados, Báez buscará seguramente cambiar ese flojo historial en el resto de la gira que culminará en Roland Garros.

Los otros argentinos en Montecarlo

No fueron todas malas en este domingo para la denominada ‘legión argentina’. Porque casi al mismo tiempo, el rosarino Federico Coria superó a Arthur Rinderknech por 6-3, 4-6 y 6-4 en la última ronda de la qualy y se metió en el cuadro principal en el principado de Mónaco. Su rival será el francés Ugo Humbert.

Más sufrimiento tuvo Facundo Díaz Acosta, porque perdió ante el indio Sumit Nagal en tres sets (7-5, 2-6 y 6-2), pero pasó como lucky loser, para citarse con el español Roberto Bautista Agut, un durísimo rival.

Los otros argentinos en el cuadro principal son Francisco Cerúndolo, que esperaba un rival surgido de la qualy, y Tomás Etcheverry, que se las verá con el chileno Nicolás Jarry.

Alcaraz y un vendaje que causó preocupación

La otra imagen del domingo en Montecarlo estuvo en las canchas de entrenamiento. Allí se lo vio al español Carlos Alcaraz, que reaparece en este torneo tras perder el número 2 del ranking ATP ante Jannick Sinner. Pero las alarmas se encendieron cuando no pudo terminar su práctica, en la que mostró un raro apósito en el brazo derecho.

Pese a que en un video publicado en las redes sociales del propio torneo se lo vio golpear la pelota con aparente normalidad, esa decisión sembró incertidumbre sobre el estado del murciano, que como uno de los ocho cabezas de serie recién debutará entre martes y miércoles.

«He tenido algo de descanso después de Miami y ya empecé a entrenarme en tierra. Soy un jugador que se adapta muy bien a la superficie, no me lleva mucho jugar a mi mejor nivel sobre una superficie. Los entrenamientos en tierra han sido muy buenos», aseguró el sábado en una conferencia de prensa.

Para su debut, espera por el ganador entre el canadiense Felix Auger-Aliassime o un jugador de la fase previa.

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